El caso de Héctor
Héctor acude a nuestra consulta con sus padres, por tener dificultades en el aprendizaje.
Los padres me facilitan un informe muy completo sobre su hijo. Se detallan en cifras las habilidades que habían sido testadas durante la exploración en la que participaron diferentes profesionales.
Al final, un diagnóstico que determina:
Trastorno del Espectro Autista (299.00) según criterios DSM-V y
Trastorno Específico de la Lectura, Dislexia (315.00)
Se acompaña de orientaciones terapéuticas.
Los padres me comentan que la profesional que les atendió les planteó que las cosas eran como eran y que poco se podía hacer.
Después de la exploración he podido constatar que sus bases neurofuncionales están muy desorganizadas, muchos reflejos primitivos activos, problemas visuales, dificultades auditivas y pésima organización lateral.
En mi dilatada vida profesional he vivido esta situación demasiadas veces.
Yo soy de los que, desde siempre, he confiado en la neuroplasticidad y os aseguro que pocas veces me ha fallado.
A los padres de Héctor les planteo reorganizar las bases, empezando por los procesos más primitivos e ir avanzando según nos permitan los propios avances que se vayan produciendo.
Depende de la neuroplasticidad de Héctor.
¿Qué es la neuroplasticidad? Es la capacidad del Sistema Nervioso para crear nuevas conexiones entre las neuronas, incluso de crear nuevas neuronas (evidenciado científicamente en el hipocampo), gracias a la llegada de los estímulos adecuados y de tener disponibles los elementos biológicos para que se produzca el “milagro”.
Se calcula que un niño sano tiene 1.000 billones de sinapsis. Un adulto tiene de 100 a 500 billones.
Esta disminución se debe a que la red neuronal mantiene aquellas asociaciones neuronales que se utilizan frecuentemente, aquellas que son útiles. El “podado neuronal” permite optimizar los procesos energéticos ¿para que intentar mantener algo que no se usa?
Pero también sucede lo contrario. Si nosotros estimulamos, activamos circuitos neuronales con constancia y con un orden adecuado, se generan nuevas conexiones. Esta es la base de la reorganización neurosensorial. Un programa de estimulación bien estructurado permite que se generen y se consoliden las sinapsis neuronales útiles.
Primero hay que asegurar que el metabolismo del paciente esté equilibrado y dispone de los elementos sobre los que se construyen las conexiones neuronales.
Después se deben hacer llegar los estímulos adecuados, para enriquecer la compleja red neuronal.
Gracias a esta maravillosa capacidad de la biología, los terapeutas podemos influir en el desarrollo de nuestros pacientes.
Ojalá que sepamos dirigir el proceso evolutivo de Héctor y que mejore a buen ritmo.
Empezamos el camino…
Jordi Catalán Balaguer