El CEIP S’Alzinar, en Capdepera (Baleares) ha distribuido entre sus alumnos de primer ciclo de primaria una pauta de ejercicios para trabajar la lateralidad en casa durante los días de parón escolar por el confinamiento. Se trata de una escuela que tiene en marcha desde hace tres años un programa de lateralidad que consiste en la realización de ejercicios motrices que ayudan a madurar al sistema nervioso y, de este modo, disminuir o solucionar problemas derivados de esta falta de maduración, que pueden ser desde dificultades en la escritura y la lectura, dificultades optométricas, problemas de atención…
Los maestros y profesores proponen que los alumnos dediquen unos diez minutos diarios a hacer los ejercicios que incluye la pauta, que se complementa con vídeos que explican cómo realizar estos ejercicios.
Me llena de satisfacción ver como el centro escolar, con el que he colaborado, se toma en serio un tema tan básico como la maduración en los niños más pequeños de primaria. Es la mejor forma de prevenir problemas que, si se detectan tarde, cuestan más de resolver.
Se trata de ejercicios sencillos distribuidos en tres niveles que los alumnos deben hacer de forma progresiva. Van desde el paso del tambor (marchar de modo que la mano izquierda pega a la rodilla derecha, y la mano derecha la rodilla izquierda), el paso del soldado, ejercicios para mejorar los movimientos oculares, de integración interhemisférica…
Todos los ejercicios tienen un objetivo común: el cerebro es un órgano simétrico en el que cada lado (hemisferio) tiene una función, pero que debe relacionarse con el otro lado para ser efectivo. La conexión entre los dos hemisferios se hace a través del cuerpo calloso, la parte del cerebro que une y conecta los dos hemisferios cerebrales. Entrenar el cuerpo calloso es, pues, trabajar para conseguir mejorar la conexión interhemisférica y conseguir una maduración más efectiva. Debemos tener en cuenta que muchos de nuestros órganos son simétricos (brazos, manos, piernas, ojos, orejas…). Si queremos que todo funcione correctamente, debemos tener muy activo nuestro cuerpo calloso, al cual podemos entrenar. Dicho de otro modo: la mano derecha no puede tocar nuestra rodilla izquierda sin la intervención de nuestro cuerpo calloso. Y, en visión, no podemos coordinar buen nuestros dos ojos sin la intervención del cuerpo calloso. Y sin los dos ojos coordinados, no tenemos une buena visión binocular, no vemos en 3D.
Hay que felicitar al equipo de maestros del CEIP S’Alzinar y a los que tienen en cuenta la importancia de trabajar la lateralidad en los primeros años de la educación escolar. Es una buena inversión para el futuro de los alumnos.
Elisa Aribau